La mayoría de las veces dejamos que las circunstancias nos hagan olvidar para qué venimos al mundo pues solemos vivir únicamente para el presente. Vamos de un lado a otro porque la sociedad así nos lo ha exigido, pero olvidamos nuestros sueños en la puerta dejando atrás lo que somos para convertirnos en lo que no somos. ¿Dónde queda todo aquello que solíamos ser? ¿A dónde van nuestro sueños? Nadie dijo que sería fácil entenderlo, nadie dijo que todos podríamos hacerlo. Por eso della Mirándola lo menciona en su "Discurso sobre la dignidad del hombre" diciendo: aquel ser que se atreva a ver más allá del cuerpo, adentrado por completo en la mente, será un espíritu revestido en carne humana.
Encontrar nuestro propósito y seguirlo hasta cumplirlo es de valientes. Valiente es aquel que se atreva a leerme y logre cambiar su mente al momento de comprender la importancia de un propósito. Ya lo dije no es fácil ni lo será, sin embargo, ten por seguro que valdrá la pena. Ahora es tu turno, cierra tus ojos, pon la mano en tu corazón y piensa: ¿por qué mi corazón sigue latiendo? ¿Cuál es la razón por la que yo sigo con vida y no otro más? ¿Qué es lo que debo hacer para poder llegar a mi propósito? ¿Qué es lo que más me apasiona? ¿Cuál es mi más grande sueño? ¿Qué puedo hacer con mi sueño que ayude a los demás? ¿Aportará algo? Si lo hace, ¿qué aportará? Tarda el tiempo que necesites, tal vez no encuentres la respuesta a todo en este momento, ese es el punto. Las respuestas no van a estar siempre explícitas, se encuentran entre las rocas, ¿qué tan sabio y valiente eres para encontrarlas?
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