3 de febrero de 2017

Cuando ya no puedas más...


El 2016 para mí fue un gran año, sin duda uno de los mejores que he tenido. Cumplí uno de mis más grandes sueños, conocí mucha gente nueva y crecí exponencialmente. Ya va un mes de este nuevo año y vaya que enero fue, para mí, un suspiro. No te mentiré, este año ha sido muy complicado para mí. Sí, a pesar de que tenga poco de haber empezado. Inicié arreglando mi pasado y ahora pareciese como si me encontrara en él. Es como si hace unos meses hubiese estado en la cima de una montaña rusa y hoy, en un abrir y cerrar de ojos, me encontrara en picada cayendo a la nada. Personas que creí no podían estar ya más lejos, se van; situaciones que deseé no volver a vivir, regresan; retos que no creí experimentar, aparecen y giros que nunca imaginé formarían parte de mi historia, lo hacen. Tampoco mentiré al decir que no es la primera vez que he deseado que un accidente me pase, pues quizá esa sí sea una "verdadera" razón para no estar feliz.
Ahora bien, te preguntarás por qué te cuento esto y no, no es para que sientas compasión de mí. Te escribo porque sé que tú también has estado así en algún momento, porque sé lo mucho que has atravesado para llegar hasta aquí y porque sentirse identificado con alguien nos ayuda a mantener la calma. 
Vivimos en un mundo donde se nos dice que no podemos estar tristes, que si se llora se es débil y si se está deprimido no se están aprovechando las oportunidades que nos tiende la vida. Pero la realidad es que no es así, si uno no conoce la oscuridad ¿cómo espera encontrar la luz? Si uno no se rompe en mil trozos ¿cómo espera encontrar la felicidad? 
Rainer Maria Rilke, en su escrito Cartas a un joven poeta, menciona que para poder encontrar la cura a tu dolor, primero se debe sentirlo, se debe estar triste y dejar que la "enfermedad" surja, porque si no se conoce en aquel estado jamás se podrá mejorar. Y lo creo cierto, es válido no estar bien, válido querer no hacer nada, querer escapar por un segundo de todos y todo, porque es así como un ser humano siente, no hay por qué reprimir la naturaleza con la que fuimos creados. Yo, a plena tormenta, en medio de un mar de incertidumbre te pido que mantengas la calma si estás en una situación parecida. Te pido seas paciente y resistas un poco más. Te pido que busques aquellas gotas de esperanza que te mantienen con vida. No te rindas, haz llegado hasta acá por una razón, no abandones, no lo hagas. Llora mares, pierde la voz a gritos, siéntete solo, odia al mundo por un segundo y llega al límite de lo que crees poder aguantar, porque querido amigo, es ahí donde todo surge, es en tu destrucción donde se renace, es en la soledad que se encuentra a uno mismo y es en el abismo donde uno se hace más fuerte que nunca. Querido guerrero, no desistas, yo sé que las batallas han sido duras pero tú también. Solo necesitas paciencia, fe, fortaleza, valentía y calma. Este es tu barco llamado vida, es momento de que ajustes las velas y navegues por tu cuenta. Ve y busca los destinos más extraordinarios, pero pase lo que pase mantente con vida.

Gracias por leer, desde donde seas que estés , mi mejores deseos hoy y siempre. 
Karla Valencia